Contracultura legendaria: generación beat
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Contracultura legendaria: generación beat
7 mai/ 2014 - Existen varios aspectos por los que este movimiento literario y social originado en los años 50’s en Estados Unidos es conocido, sea por los escritores con tendencias autodestructivas que le conformaron, sus novelas y personajes poco ejemplares, la aversión a los valores materialistas de sus coetáneos compatriotas o la experimentación con drogas en busca de la exaltación del cuerpo y los sentidos. Los “beats”, cuyo origen proviene de la palabra “beat down”, que significa abatido, derrotado o cansado, y que fue adjudicado por el poeta John Clellon Holmes, se conformaron como un grupo de amigos y conocidos que compartían afición por la literatura, la poesía y la escritura, además de congeniar en sus ideales y valores.
El nacimiento
Fue a mediados de la década de los 50’s, la crisis y repercusiones de la segunda guerra mundial estaban frescas. El gobierno de Eisenhower triunfó en la tarea de exaltar la capacidad del consumo mediante el american way of life, seguido de políticas represivas, anticomunismo regio y la adopción obsesiva de valores puritanos y conservadores. La nación renacía como la conocemos hoy: “una sociedad materialista”, pero nadie contaba con que también nacieran obstinados negativos y abatidos libertinos que rechazarían todo lo que la cultura estadounidense representaba.
La escritura de los beats floreció en San Francisco por ser una ciudad progresista y cuna de la cultura. Inspirados por genios del jazz, utilizaron el arte como manifestación de la conciencia y la espontaneidad como estilo de vida. Bohemios modernos, se reunían en pequeñas salas o al aire libre para recitar poesía de ritmo inusitado, cuya mayor importancia era la cadencia que la idea de las palabras.
Exponentes e ideales
No es ningún secreto que a esta generación se le considere precursora del movimiento hippie, pues clamaron que el uso de sustancias psicodélicas les ayudaba a ampliar las fronteras de su percepción, convirtiendo distintos tipos de droga en el sustento de su propio pensamiento. Al mismo tiempo, profesaron un estilo de vida con libertades sexuales más allá de las establecidas para su época, y quizá para hoy día, y el estudio de la filosofía y cultura oriental.
Desinteresados por controlar a la sociedad o la naturaleza, buscaban y exigían respuestas dignas ante la destrucción de la conciencia humanitaria.
Antes de que se les conociera como cultura beat, a finales del siglo XIX, Walt Whitman ya había declarado que los derechos del individuo eran incompatibles con los patrones sociales, y Arthur Rimbaund, poeta maldito, influyó al mundo mientras peregrinaba como el máximo exponente del verso libre, para después perder una pierna y morir en su natal Francia.
Henry Miller con su “indecente ética” en la que hablaba de una patria enferma, fue censurado por escribir obras que se consideraron obscenas y pornográficas en los Estados Unidos. Su visión de la sexualidad y la moral influirían en Bukowski y Burroughs.
Posteriormente surgieron los más conocidos modeladores de la generación beat, Neal Cassidy, Allen Ginsberg, William Burroughs y Jack Kerouac.
Cassidy fue un joven bien parecido, aventurero y con una facilidad para ser espontáneo y salvaje. Lejos de lo convencional y socialmente aceptable, fue compañero de viajes y amante de Kerouac y Ginsberg. Con Kerouac viajó por Estados Unidos, robaban de supermercados para comer y mantenían relaciones sexuales cuando querían. Ginsberg manifestó en “Many Loves”, el primer contacto sexual entre ambos.
Sin embargo, el poema más reconocido de Ginsberg sería “Howl” (Aullido), una prosa amplia y desenfrenada que emana la deconstrucción física y la crudeza de una sociedad sin esperanza, como un testimonio que resulta ideal para conocer este movimiento cultural.
El primer pensamiento, el mejor pensamiento”
—Allen Ginsberg
Jack Kerouac escribió “On The Road” donde habla de sus viajes con Cassidy, una biblia para la generación que aborda la ruptura de los límites físicos y cognitivos, y que estableció una moral bohemia para la época.
El viaje no requiere ni destino ni objetivos. El viaje es el fin mismo”.
—Jack Kerouac
El escritor William S. Burroughs por su parte, se esforzó por trascender el lenguaje mismo mediante una expresión cruda y la creación de imágenes brutales. “El almuerzo desnudo” fue su libro más famoso, pero también fue conocido por haber disparado de manera accidental a su esposa. Experimentó con toda droga posible, pero siempre se mantuvo leal a la heroína. A diferencia de todos sus congéneres, pudo salir airoso de su temeraria forma de vida.
Influencia
Mal entendidos y desentendidos por su país, se les llamó despectivamente Beatniks, en referencia al satélite Soviético Sputnik, sugiriendo así una connotación antiestadounidense y socialista. Pero a pesar de haber sido atacados y tratados con rudeza por las autoridades y la sociedad, su estética fue absorbida por la cultura. Sus obras se convirtieron en lecturas de culto para jóvenes; Ginsberg conoció a The Beatles y Bob Dylan e influenció a otros músicos como Jim Morrison, y tanto sus pensamientos como la de los demás exponentes, aceleraron la lucha por los derechos de la mujer y la gente afroamericana, el ascenso hippie y el movimiento gay.
Aunque no todos puedan aceptar su forma de vida, marcaron una etapa importante en su país y el mundo, dejando huella en la filosofía moderna. Una forma de condensar tanto libertinaje y contracultura podría ser aclarando que ellos instauraron la anécdota cultural como obra inmortal, la experiencia de vida y la actitud ante ella era lo más importante, además de poder encontrar belleza dentro de todo lo que se considera imperfecto.